domingo, 30 de julio de 2017

Trident

Los británicos hicieron a finales de los 50 el Trident, un reactor de pasajeros de alcance medio macanudo: el primero con 3 reactores en la cola, el primero con capacidad de aterrizar sin visibilidad, y el primero con sistemas redundantes, rápido, bonito y capaz. Y una vez más la cagaron: sólo se hicieron 117, frente a 1.832 del Boeing 727, su competidor directo, que además copió su configuración y varios de sus sistemas

Este Trident 2 G-AVFB está en la colección de aviones de pasajeros británicos del Imperial War Museum en Duxford. Aunque lleva la pinta de cuando entró a volar para British European Airways (BEA) en 1968, tuvo una vida complicada. Se vendió a Cyprus Airways en 1972 y cuando los turcos invadieron Chipre fue dañado y abandonado en el aeropuerto de Nicosia. British Airways lo recuperó en 1977 y volvió a volar hasta 1982, cuando se retiró al museo. Inglaterra, 2018.

¿Por qué? simplificando, porque entre la aerolínea BEA (British European Airways), el estado británico, y el lío de fabricantes no consiguieron ponerse de acuerdo en qué es lo que querían y cómo hacerlo. En un alarde de ingenuidad (o estupidez), pensando que Boeing estaría interesada en fabricar el avión en lugar de uno propio, llegaron a darles todos los detalles de ingenería... lo que los yanquis aprovecharon raudos y veloces.

En el de Havilland Aircraft Museum tienen el fuselaje delantero de un Trident 2E. Londres, 2016.

El avión nació como de Havilland DH 121 y voló por primera vez en 1962. Nada tiene que ver con un extraño interceptor francés del mismo nombre. La historia es muy interesante, pero sólo les cuento un par de detalles que tienen su originalidad. El primero es que se podía utilizar la reversa de los motores en vuelo (¡!), tanto para aumentar la tasa de descenso como para ayudar a aterrizar en poco espacio, sobre todo en pistas mojadas. Especialmente esto último te deja frío: imagínense al mando de uno y meter reversa (incluso a potencia máxima) antes de tener las ruedas en el suelo.



Arriba. Entre la impresionante tecnología del avión destaca el mapa móvil del centro del panel de instrumentos. El sistema de navegación recogía datos de velocidad y deriva, pintando la ruta del avión con una aguja en una cinta móvil de papel perforado. Ahora miramos un mapa en el móvil y damos por hecho que un avión tendrá pantallas EFIS, pero en los 60 esto era la pera. Abajo. Como corresponde a su época, el Trident llevaba ingeniero de vuelo con su propio panel de instrumentos. Me encanta.

Y el segundo es que la última versión fue un avión cuatrimotor (¡!). BEA necesitaba en 1965 un avión más grande. Hawker Siddeley, el resultado de la fusión de varias compañías (que había engullido a de Havilland) ofreció dos diseños nuevos, que fueron rechazados: comprarían Boeing 727 (tócate los pies). El Gobierno británico dijo que ni hablar: buy british. Entonces propusieron una versión alargada, pero como los turbofan Rolls-Royce Spey ya no daban más de sí, para mejorar las prestaciones pusieron un pequeño turboreactor Rolls-Royce RB162 encima del motor de la cola, sólo para ayudar a despegar. Este motor se había pensado inicialmente para aviones de despegue vertical.

Vean el carenado para el pequeño reactor adicional encima del motor de cola. Duxford, Inglaterra, 2018.


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