jueves, 26 de enero de 2017

Trojan

Para ser un entrenador, el North american T-28 Trojan es un leviatán: un biplaza en tándem que en varias versiones tiene un enorme motor radial de 9 cilindros, 30 litros (¡!) y 1.425 HP, con más o menos las prestaciones de un caza de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, a baja cota parece ser que no llevaría las de perder contra uno. Piensen que la marina yanqui ponía desde el principio a un futuro aviador naval en un trasto de estos y lo soltaba con 40 horas (¡!).

Este T-28B es de un equipo de exhibición americano. La Ferté Alais, cerca de París, 2014.

El Trojan voló por primera vez en 1949. Empezó como entrenador T-28 A para la aviación yanqui (USAF) con un "modesto" motor de 800 HP. Venía a sustituir a los más de 15.000 T-6 Texan: se necesitaba algo más moderno, con tren triciclo, que acostumbrara a los futuros cazas a reacción. La marina yanqui vio que el avión era bueno, pero necesitaba más chicha: el T-28 B tenía un motor de 1.425 HP y una serie de modificaciones. Finalmente, la versión reforzada T-28 C y artilugios marinos como el gancho de apontaje es la que parece que realmente mola. En total, casi 2.000 de estos rotundos y tremendos aviones.

Los argentinos tuvieron casi 100 Trojan: inicialmente compraron T-28 A de los yanquis para la aviación militar, como éste que estaba en el Aeroparque de Buenos Aires en 1997. Posteriormente la marina compró Fennec franceses que fueron navalizados y operados desde su portaviones 25 de mayo.

Pero la cosa no acaba aquí. Los franceses vieron que el avión tenía posibilidades para usarlo como avión de ataque: en Argelia tenían lío y el T-6 era limitado. Pidieron a los yanquis que les vendieran T-28 B: les dijeron que no. Pero tenían excedentes de T-28 A. No problemo: los franceses adquirieron 150 de estos y procedieron en 1959 a reconvertirlos en la Sud-Aviation de Toulouse. Les quitaron el motor de 800 HP y les pusieron motores de 1.200 HP procedentes de repuestos de sus Boeing B-17. Les pusieron blindaje, depósitos autosellantes y puntos externos para bombas, cohetes y ametralladoras. Y a bombardear moros. El resultado fue el T-28 S (ó F) Fennec.

Un auténtico Fennec francés en vuelo en la Ferté Alais. Fíjense en que el motor está "torcido" hacia abajo y a la izquierda, para compensar el par de la enorme hélice tripala. 

Adecuadamente impresionados, los yanquis tomaron nota y cuando se empezaron a meter en Vietnam reconvirtieron 321 T-28 B a T-28 D para labores similares, con puntos de carga para armas bajo las alas. Estos aviones se utilizaron tanto por ellos como por Vietnam del Sur y en la guerra "secreta" de Laos.

El museo naval Battleship Cove situado en Massachusetts tiene un T-28 C de la marina yanqui. Estados Unidos, 2015.

Muchos de ellos continuaron vendiéndose a otras fuerzas aéreas de al menos dos docenas de países. Los T-28 se utilizaron en combate por ejemplo en el Congo (por la CIA) y en el fallido golpe de estado de Filipinas de 1989. Afortunadamente los que quedan en vuelo son ahora privados y se utilizan para exhibiciones. No son terriblemente caros de comprar.  Otra cosa es mantenerlos: sólo de gasolina estamos hablando de 200 litros la hora... Pero me encantaría que me dieran una vuelta.



Este brillante T28B estaba en exposición a AERO 2017. El último día amenizó a la concurrencia despegando en formación con un T6 (echando humo) y dando una pasadita por la pista, para deleite de los numerosos spotters.

Makasi es uno de los T-28 que utilizó la CIA en la guerra del Congo. Ahora está en el Norfolk & Suffolk Museum de Inglaterra. Flixton, 2018.

En el Museo de las Fuerzas Aéreas de USA en Dayton tienen este Trojan T-28B de Vietnam del Sur en el hangar . No queda duda, ni por la escarapela ni por estar en la sala dedicada a "la Guerra del sudeste asiático" de quién pagaba. Estados Unidos, 2019.

La chapa de identificación de un motor Wright Cyclone 9 de un T-28. Estados Unidos, 2019.

Calor de multitud. Estados Unidos, 2019.

En formación. Estados Unidos, 2019.

Casi sientes las "ges". Estados Unidos, 2019.

Un T-28A en venta por unos miserables 159.000 pavos. Estados Unidos, 2019.

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